[refugio militar]infiltrado[Vladmir]

Vladimir se acerca al lugar donde había visto el arma y de hecho logra encontrarla entre un cadáver, se trataba de nada menos que un subfusil aunque le quedaba solo una ráfaga en el cartucho.


-EY, TU VEN!!, NO TE CUBRIREMOS SI TE ATACA UNO DE LOS LOCOS-gritó uno de los militares como llamando la atención del agente.
EL segundo jeep tardo en llegar, parecía que iba ser una segunda noche de tormenta dado que el frio comenzaba a calar hacia los huesos.
Finalmente el vehículo llegó, se dirigieron al refugio militar, luego de algunos obstáculos en el camino (nieve), Vladimir llega al refugio militar, un antiguo edificio de estilo colonial y de tres pisos, al bajar el oficial le toca el hombro.
-por donde quieres comenzar?, molestamos al teniente enseguida, o prefieres que te asignemos un cuarto para mañana hablar con él-preguntó serio.

Al ver el arma, sólo tendí a recogerla rápidamente, mientras los militares me decían que no fuese hacía allá... antes de volverme le saque el cartucho y lo metí en mi bolsillo, no servirían para mi pistola, pero era mejor no dejar todos los huevos en la misma canasta.

- Descuiden, se nos quedaba esto... regresemos a la base...

mientras avanzaba acomode el arma a mi hombro por la cinta e intente pasar desapercibido.

- Esas decisiones no nos competen a nosotros sino que al teniente, comuníquele de mi presencia y que él decida el momento más adecuado para entrevistarse conmigo.

Era el frío tono de la burocracia de la Unión, me gustaba, esa despersonalización, pero no todo era saber los canales regulares de la burocracia, si deseaba salir de esta con éxito debía entablar buenas relaciones con esta gente...

- A todo esto, por todo lo sucedido no había podido preguntar su nombre y el de nuestro nuevo comandante, desearía saberlos para poder llamarlos de la forma adecuada.

El militar asintió a las palabras de Vladmir, no podia ponerse en duda su relación con la Unión, al menos tratándose del léxico. El oficial se acercó al agente para responder.
-mi nombre es Héctor Aranguis, el nuevo teniente es el señor Ibarra, Carlos-señaló seriamente.
-aunque Crowen sigue aqui, en una de las salas-exclamó casi como pensamiento en voz alta.
-El Teniente a esta hora se encuentra descansando, quizás prefieras descansar del largo día-termino de decir, guiando a Vladmir al interior del cuartel.

- Usted sabe de estas cosas y confió en su responsabilidad

dije con cierta mueca de disgusto en mi rostro...

- Si no es información clasificada me gustaría saber que sucedió con el tenie... digo con el ex-teniente Crowen ¿esta infectado acaso o depuso su cargo?...

dije sin vacilar, no era una pregunta extraña, pero era evidente que mis cálculos se estaban haciendo realidad...

- La ultima vez que lo vi no parecía estar en mal estado...

El oficial se detuvo en la escalera.
-El teniente fue degradado y depuesto de su cargo, por un incidente acontecido anoche, así como por varias infracciones al código militar de la Unión-exclamó serio.
-esta recluido hasta que llegue el transporte, lo que tardará-dijo.

- ¡Por la Unión! ¿que sucedió anoche?...

dije cínicamente intentando parecer consternado...

- Supongo que tendrá relación con el incidente de los dementes que escaparon..

-si, con eso y algunas cosas mas-contesto de forma escueta.
-si tienes mas dudas pregúntaselas mañana al Teniente-agrego parco.
-Ahora sígueme-ordeno comenzando a deslizarse por un pasillo, antes no notado por Vladimir, era la conexión con otro edificio, el que parecía estar sirviendo de hospedaje.
Allí le enseño una pieza, que mas parecía una celda que un cuarto.
-A las 22: 00 hrs, se cierran las piezas con llave, procure estar adentro entonces, su amiga la doctora esta con los heridos en el salon que se encuentra al final del tramo, el salon de descanso y casino esta en el segundo piso de la planta de este edificio, aunque dudo que le sirvan comida a estas horas-explico con frialdad.

- Mhhh, es lamentable que un alto señor de la Unión vea arruinada su carrera por aquellos hechos...

¡Viva la Unión! sargento Aranguis, ¡digna y valiente!

Me desplace por el cuarto observando el lugar y me di vuelta hacía Aranguis...

- Es muy temprano para dormir todavía, creo que daré una vuelta por el Salon de descanso...

Antes de irme me volví al sargento...

- Disculpe, no deseo interrumpirlo, pero ¿tiene algo que hacer de momento?

El hombre asintió a las palabras de Vladimir.
-Si, realmente muy lamentable...aunque mi opinión siempre fue el de fusilar a los enfermos, en ese sentido el señor Crowen fue débil, ahora bajo el mando del Teniente Ibarra, todo mejorará-dijo sin pudor.
-Puede subir, yo no puedo acompañarle...tengo cosas que hacer-agregó serio.

Mmhh era verdad, el teniente Crowen era débil, pero esa no era la razón para que hubiese depuesto el cargo, cuando hable con él parecía dispuesto a hundirse con este barco, pero al parecer este barco no estaba dispuesto a hundirse con él, es una posibilidad, pero esto obedece a políticas de la alta jerarquía, seguramente alguien, seguramente Petrov, estaba detrás de todo esto... ¿Pero como averiguarlo?

Parecía confuso, me tome un momento para pensar y repare en que tenía al militar en frente mio...

- Sabia opinión, necesitamos hombres duros que puedan cumplir el destino de la Unión, los débiles dejan a su suerte a la mayoría para beneficiar a unos pocos, su cobardía los lleva a buscar siempre la elección más fácil, los fuertes sacrifican a los pocos para beneficiar a los muchos, solo los valientes hacen lo que se debe hacer cuando se debe hacer, cuando la crisis se avecina no necesitamos hombres que se muevan por el corazón, sino que hombres fuertes que sigan sin pensar los objetivos que el Sabio Mihail trazó para la Unión, el es nuestra mente, nosotros somos su cuerpo.

Llegará alto en la Unión sargento...

Nos veremos pronto, por ahora no le quito más tiempo, daré unas vueltas y me iré a dormir...

Era fácil adular a los militares de la Unión, tantos años de adoctrinamiento paralelo hacían fácil prever lo que posiblemente desearan oír. El punto en verdad era que tan afines a la Unión eran en verdad los que estaban liderando al ejercito... Era fácil asestar el disparo sobre nuestro enemigo, fuese un insurgente o fuese un contaminado, era fácil mientras siguiésemos las ordenes de la mente de la Unión, ¿pero ahora a quien seguíamos?.

Somos un solo cuerpo, el sabio era o es nuestra mente, aún así existían diferentes posiciones en este cuerpo, yo, posiblemente sería uno de los reflejos de este cuerpo, no es que no siga al Sabio o a todo el Sistema nervioso central de la Unión, pero en su ausencia debía hacer que este cuerpo saque rápido su mano de este fuego que erosiona a la piel. El problema verdadero era otro, al parecer cierta parte del cuerpo deseaba volverse un tumor en el cuerpo, había que extirparlo antes que se volviese un maligno y destruyese todo lo que amamos de la Unión, lo peor es que al parecer era un tumor cerebral.

-bien, me alegra oír sus palabras...que tenga una buena noche-se despidió el sargento para voltear y regresar por el camino hacia el edificio central del cuartel. Dejando a Vladimir libre de acción y con aquella arma tan poderosa.

Bueno, manos a la obra, pensé una vez el sargento se fue...

necesito, necesito, un destornillador, creo que donde Raúl debía haber uno y era seguro que el teniente Crowen estaría en el mismo cuarto donde encerraban a Krustoff, la falla de seguridad claramente habría sido adjudicada al escape de los dementes y no a mi accionar, de modo que posiblemente siga siendo considerado un lugar muy seguro, al menos más que el sótano de donde los prisioneros ya se escaparon una vez.

Aunque quizás hayan algunos guardias, primero necesito el destornillador, si aflojo la puerta podre sacarla fácilmente una vez me hayan cerrado con llave la habitación.

Así que me dispuse rápidamente a buscar un destornillador, debía encontrarlo, sacarle la mayor parte de los tornillos a las bisagras de la puerta y esconder todo antes de las 22:00 horas... tenía que actuar rápido, luego habría tiempo para secuestrar a Crowen, mientras los militares estén encerrados en sus respectivos cuartos, aunque por su posición actual, seguramente debería hablar más bien de una liberación que de un secuestro.

Tirada de suerte:

El miembro 'Muñeca de Trapo' ha efectuado la acción siguiente: Lanzar dados

'Dado 10' : 1

El edificio de operaciones parecía estar congestionado, los militares corrían de un lugar a otro entre papeleo, y ordenes, el comentario general de pasillo que Vladimir podía notar era los referentes al caos que había sin Raul en las radios.
Tanto desorden al menos era beneficioso para el agente, quien podía subir hasta el segundo piso sin ser visto.
Una vez allí debía encontrar el destornillador que deseaba.

Spoiler:

El miembro 'Vladimir Dubcek' ha efectuado la acción siguiente: Lanzar dados

'Dado 10' : 8, 6, 7, 1, 2

Al encontrar el destornillador me apresuro a volver inmediatamente a la habitación, esperando que por la confusión no haya gente alrededor mio.

El hurto había pasado desapercibido o eso creía Vladimir.

Al llegar a mi habitación me propuse (como dije antes) a revisar si habían personas a mi alrededor que pudiesen prever lo que pensaba hacer.

Spoiler:

El miembro 'Vladimir Dubcek' ha efectuado la acción siguiente: Lanzar dados

'Dado 10' : 3, 4, 1, 3, 8, 6

Nadie parece haberte visto.

Debía estar volviéndome paranoide, rápidamente procedí a sacarle los tornillos a la bisagra, si todo iba bien esta noche o la próxima podría irme sin problemas.

Inesperadamente la puerta se abre chocando contra el cuerpo del agente quien cae al suelo, era el sargente quien ahora lo veía con rostro sumamente serio. Miró la bisagra de la puerta a medio salir.
-Hay un asunto que debemos conversar-dijo con voz intimidarte.

Al caer al suelo y escuchar al militar, sorprendido lo miré viendo también la bisagra en el suelo...

-¿Ah sí?...

Al verme ahí extrañamente acorralado y sin saber la dimensión de esto comencé a pensar ¡Mierda debe ser Salma!, vamos Vladimir debes pensar bien tus palabras.

-¿Un asunto me dice?...

Dije en el suelo sonriendo...

-Estaba reparando la puerta, me falta poco...

Sí, estaba bien, creo, era la excusa perfecta.

-Pero si es importante puedo dejarlo de lado por ahora... ¿Qué desea conversar?