Un nuevo día llega con esperanzas renovadas. El día anterior trajo sólo desconcierto y confusión, desde que Ricardo despertó hasta que se fundió en el sueño. Aquel terrible despertar en el laboratorio le mostró un nuevo mundo impensado, un mundo en que la vida como la conocía ya no existiría más, un mundo en el que fue puesto sin recuerdos de su pasado y sin esperanzas de un futuro, un mundo destruido y caótico.
Pero no estaba sólo, conoció a varias personas que como él estaban perdidas y desesperanzadas, muchos parecían haber sufrido peores circunstancias mientras que otros se mostraban más animados y motivados. El día avanzó en compañía de estos personajes que ahora parecían ser un grupo dependiente, aunque no muy unido. Ricardo parecía haberse tranquilizado bastante tras el impacto emocional de despertar en el laboratorio, al parecer su incapacidad de recordar le traía también incapacidad para llorar por lo que había perdido, el que nada tiene nada pierde, y el no recordaba haber perdido.
Su tranquilidad se vio perturbada en la tarde de ese extraño día, cuando su percepción le jugó una mala pasada. Según cuentan los rumores, en este nuevo mundo, en estos nuevos días, la gente sufre de una enfermedad que le trastorna los sentidos y los pensamientos, los vuelve locos al punto de que terminan muertos, ya sea por causas propias o por la influencia de terceros, es decir, aquellos que los exterminan. Ricardo trabajaba para la unión, eso lo recuerda, y le parecía extraño que los soldados de la unión controlaran el problema de la misma forma en que se controla una plaga, eliminando a los roedores. Al sufrir Ricardo los síntomas de la enfermedad no lo comentó con nadie, ni lo haría a menos que fuese estrictamente necesario, a el no le gustaba parecer débil ni inferior frente a los demás, aunque no era vanidoso.
La caída de la noche trajo consigo la caída de una vida, un recién llegado al grupo que pereció tan rápido como apareció. La muerte del desconocido sujeto le hubiese parecido menos impactante si no hubiese estado acompañada de una nueva crisis de perturbación sensorial, esta vez tan fuerte que sangraron sus oídos. Pero el evento pasó y también el día, acompañado por nuevos integrantes y nuevos intereses: ir al laboratorio para recuperar algunos recuerdos.