[Gimnasio municipal]Mimicas[Kenny]

Matias sonrió ante las palabras del doctor, al igual que la pequeña.
-Es muy chistoso doctor-dijo el niño levantando alguna de las piernas para salir a la nieve, Lorena los seguía de cerca.
La Ferretería quedaba en la calle "Los Canelos", a pocas cuadras de allí, hasta ahora todo marchaba bien.

Entonces una figura desconocida se apareció ante ellos, era un hombre joven de mal aspecto.

Scott escribió:

Al parecer los ratones ya habían pasado por el lugar. De pronto los vio delante de él, desvalijando aquella tienda.

-Hola.- Dijo Scott, anunciándose con la escaza gracia y simpatía que le caracterizaba.

-¿Tienen un refugio por aquí?- Pregunto inmediatamente. En verdad necesitaba descansar.

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Y en verdad tenia mal aspecto. Aunque el tipo podría haber sido medianamente apuesto en otra época, su rostro sucio y cabello despeinado jugaban en su contra. Pero aquello era solo lo mejor.

Vestía con ropa, mucha ropa, aunque esta se encontraba completamente mojada al igual que la manta que llevaba encima, con rastros de nieve en ella. Las manos del sujeto temblaban, al igual que sus piernas si se le observaba más detenidamente.

Lo que quedaba al verlo era la sensación de que aquel hombre había caminado por horas, si no días, bajo la intensa tormenta de nieve. Si seguía vivo, era un asunto de pura voluntad. Que hablase, era casi un milagro. Que se mantuviera en pie, solo cosa de tiempo.

-Es muy chistoso doctor

-Hombre, graziaz... -sonrió él; por alguna extraña razón, aquello le había animado.

"Desvalijar" era una palabra muy fea, pero... ¿no era eso lo que, en realidad, estaban haciendo? El desconocido tenía razón en lo que pensaba. Pero eso no quitaba que no le pusiera nervioso. Es decir... esto es una situación en la que la psique humana puede verse sometida a demasiada presión. Y, por Dios, lo último que quería era entablar una lucha a muerte con un loco, recibiendo navajazos mientras le atacaba con una pierna ortopédica.

-Hola... oh, Dioz... ¿cuánto tiempo lleva aquí fuera? -dijo él, preocupado- Zi, tenemoz un refugio, noz reunimoz en eza ezpecie de gimnazio... laz cozaz no van bien, ezo zi. Zoy médico y he tenido que zalir para conzeguir equipo porque laz cozaz eztán... ejem... muy feaz. Zi quiere acompañarme, noz vendría bien una mano extra -ecz-tra, había pronunciado.

Qué suerte, ¿eh? Un superviviente, y además médico. cecea, pero... tampoco le vas a pedir peras al olmo a estas alturas, ¿no?

-Perdone, pero... ¿cual ez zu nombre? ¿A qué ze dedicaba antez de... ya zabe... ezto?

El hombre se apoyo contra la pared, con cansancio. Tenia cara de pocos amigos, pero definitivamente no era un asaltante o algo similar. O bien solo estaba tan cansado que no tenia animo para dañarlos por un botín. Como fuese, nadie seria tan estúpido como para lastimar a un medico en ese mundo, y eso era una ventaja para Kaufmann.

-Scott.- Dijo respondiendo a la pregunta de su nombre.

-Era policía, pero supongo que eso importa bien poco ahora. Los hijo de puta de la Unión saben como explotarte y luego mandarte a la mierda.- Dijo cabreado, no con el medico ni los niños, sino con algún recuerdo anterior.

-No se cuantos días llevo caminando, pero si, me vendría bien un refugio. Te ayudare a cargar algo, con esos chicos no harás nada.

En definitiva, no era el tipo con el que uno desearía encontrarse. Orgulloso, y agresivo, pero al menos por el momento parecía dispuesto a colaborar, a pesar de su precario estado. Era un buen comienzo.

La niña se acerco al policia dejando todo recelo, era rubia y de piel clara, de unos 6 años de edad. La pequeña busco entre sus bolsillos hasta sacar un pedazo de pan con mermelada, estirando su mano hacia Scott.
Matias, un chico como 10 años pareció sorprendido al gesto de Lorena.
-¿De donde sacaste eso?-pregunto de forma tímida y desconcertada.

Scott esperaba la reacción del medico cuando la niña le extendió un pan. No dudo en tomarlo y comerlo casi con desesperación. No tuvo tiempo para pensar en cuanto tiempo había pasado desde que había comido, aunque juzgando por su hambre, debían ser varios días.

Una vez termino de comer el pan, asintió hacia la niña, a modo de agradecimiento. Aunque no dijo palabra alguna.

-¿De donde sacaste eso?

-¿De dónde zacazte ezo? -preguntó el médico a su vez.

Un tercer participante se unió a la conversación. El estómago del doctor. Solo que en vez de ser similar a un gruñido corto, como en los dibujos, era más prolongado y un tanto burbujeante. Un indicio de que hacía días que no le echaba el diente a algo, vaya. de repente le vino a la mente cierta manzana...

Negó con la cabeza aquellos pensamientos, lo que podía darle un tanto de mala estampa a Scott. el tipo que tenía delante llevaba un vendaje precario en la cabeza, una barba de unos tres días (aunque no parecía mucho más que una sombra) y una expresión un tanto cautelosa en el rostro. Parecía que, por muy valiosos que pudieran ser los médicos ahora, no lo estaba pasando muy bien...

-Zcott... -murmuró- ¿le he tratado alguna vez? Bueno, qué maz da. Zupongo que tiene uzted razón... pero zu ayuda zerá valioza, amigo. Y, dezde luego, vienen que ni pintado un par de brazoz extra, para acarrear máz cozaz. Acompañeme, por favor. Vamoz a la ferretería, y de ahí volveremoz al refugio.

Ante la pregunta, la niña hizo un gesto con sus manitas, juntando indice con indice y pulgar con pulgar formando una especie de triangulo. Matias miro la mímica con duda, finalmente Lorena se agacho y dibujo en la arena algo como una casa, y dentro de esta una cosa como pelotas, luego se levanto para mostrar Scott.
(Los dibujos de niños son algo abstractos).
-parece que se la robo de alguna parte...porque en el refugio tampoco hay comida-murmuro, mirando al doctor y encogiendo los hombros.
El niño miro a Scott con una mezcla de desconfianza y temor.
-tenemos que salvar la pierna del señor Sean, él también era policía, un Suboficial-exclamó.

Spoiler:

Scott pareció recuperar parte de su vitalidad unos momentos. Quizás solo fuese la sensación de placer al ingerir el alimento.

-Vaya así que "el Perro" sigue vivo. Pues ni modo habrá que ayudar a ese vejestorio.- Dijo de mala gana, aunque en su mirada parecía leerse cierta difusa alegría, quizás por enterarse que uno de sus compañeros seguía con vida.

Asintió al medico, mientras miro severo al niño que lo mirase con desconfianza.

-Vamos haya entonces.- Dijo, disponiéndose a seguir al medico y a los niños.

La cara del doctor revelaba que había extraído cierta conclusión de los dibujos hechos por la pequeña. Lo malo era que esa conclusión era "no me entero de nada".

-parece que se la robo de alguna parte...porque en el refugio tampoco hay comida

-¿Pero en qué pienza eza gente? -preguntó, totalmente desconcertado- Si no tienen comida para eza gente, ¡van a pasar díaz contadoz hazta que ze produzcan revueltaz!

Dios, el mundo se había vuelto estúpido. Mira que se fiaba poco de las fuerzas de la Unión (universitario= liberal = hostias en las manifestaciones), pero esto ya era llevar las cosas al límite de la estupidez humana.

-Vamos haya entonces

Kenny asintió, serio. Tampoco había tiempo para gastar.

-Bien. La ferretería eztá por aquí... zeguidme.

El pequeño grupo se desplazo por el piso de nieve, la Ferreteria no quedaba lejos de allí y pronto pareció la tienda ante sus ojos, a su pesar desvalijada como el resto de las tiendas.
La puerta estaba abierta y las ventanas rotas, por el suelo se veían un sin numero de tornillos, cables y resortes. Las cajas tras el mostrador estaban rotas o simplemente no estaban, aún así tras el desorden quizás podria hallarse algo útil.

Spoiler:

Scott comenzo a registrar el lugar, valiéndose de sus habilidades adquiridas en su anterior vida.

Instinto+Sobrevivencia (+Rastrear)

El miembro 'Scott' ha efectuado la acción siguiente: Lanzar dados

'Dado 10' : 10, 8, 5, 9, 7, 5

Para el ex policia no le fue difícil distinguir entre la simple chatarra y entre herramientas que se habían salvado del descarado robo.
Lo primero en encontrar fue una sierra, luego un hacha, destornillador y finalmente un martillo.
Entre tanto los niños parecían pulular alrededor.

Scott sin disimulo guarda el hacha dentro de su abrigo. Ya había tenido que tratar con saqueadores fuera de control, y no estaría desarmado. Tampoco con La Unión en esa aptitud tan sospechosa.

Indico con un gesto las otras herramientas.

-Sierra, destornillador y martillo. Seguro te serán útiles si necesitas operar a un robot.- El humor negro de aquel hombre amargado, mientras en una caja ponía lo que había encontrado para el doctor.

Ya estaban allí. Los niños se pusieron a buscar, pero el médico estaba casi más ocupado en vigilar que ninguno de los dos se lisiara, así que es normal que el poli tardase muchísimo menos que él en encontrar algo aprovechable.

-Sierra, destornillador y martillo. Seguro te serán útiles si necesitas operar a un robot.

Kenny hizo una mueca entre desagradable y escéptica. ¿Qué clase de broma era esa?

-Dioz, no creo que zea un tema para bromear. No te imaginaz lo que me ha coztado mentalizarme, ezte.... Zcott.

Le echó un vistazo a la ienda. les vendría bien un buen rollo de cable aislante, de goma, si quedaba un poco. para detener el flujo, hacer torniquetes y todas esas cosas.

-Por cierto... a ver zi encuentraz cable aizlante, de goma. Noz vendría bien...

El miembro 'Kenny Kaufmann' ha efectuado la acción siguiente: Lanzar dados

'Dado 10' : 7, 5, 9, 2

No parecía haber pero el doctor logra encontrar un trozo de cable de goma y aproximadamente metro y medio de cable telefónico.
Matias quien buscaba junto a ellos, se desaparece algunos minutos a tiempo que Scott y Kenny encontraban herramientas entre el desorden de fierros, basura y cristales rotos.
Sale a fuera de la ferretería aunque no se pierde de vista, porque se le ve por la vitrina rota, pero no esta solo, difusamente se ve una mujer robusta conversando con él, luego el niño entra al local preocupado mirando al policía y al doctor con rostro perplejo.
-tenemos problemas-murmuro de forma tímida.

Spoiler:

Scott escucha al niño y se aproxima a él.

-Habla.- Dice sin mirarlo, de forma brusca, mientras se asoma por la ventana para ver de más cerca a la mujer.

Spoiler:

Scott logra ver a la mujer correr de espaldas, lo que no sirve de mucho en realidad.
El niño de 10 años miro algo asustado al policia apegandose al doctor para verlos a ambos.
-Era la señora Anna, ella dice que no se puede ir al refugio del gimnasio porque los militares enloquecieron, dijo que debíamos reunirnos cuando anochezca en el cementerio viejo de la ciudad, ahí nos estaría esperando con mas amigos que ella había hecho-intento explicar.
-La señora Ana es muy amable, nos ayudó cuando llegamos...-añadió mirando sus pies.

Spoiler:

¿Los militares enloquecieron? Eso era peor que uno de sus oficiales riendo como demente en la radio, como había presenciado hace tan poco.

-¿A que te refieres chico, con eso de que los militares enloquecieron?- Esta vez fijo su vista en el pequeño. Podia verse cierta preocupación en su mirada.

Un demente nunca era un problema, mientras pudiese botarle los dientes de una patada. Pero varios dementes con rifles de asalto, eso si era un problema.

-están comenzando a matar a los civiles, Ana dijo que no había que acercarse porque era peligroso, que en la noche habían soltado a los soldados locos, pero los que no parecen locos también lo están, porque capturan a la gente y las hacen trabajar y luego los matan....como hicieron ayer con los enfermos, los muertos que vimos en la nieve cuando salimos, debe ser eso-dijo confusamente.
-¿Como salvaremos al señor Sean entonces?-preguntó entristecido sentándose en el suelo, perdió la mirada en el suelo.