[Gimnasio municipal]Gangrenado[Kaufmann y Sean]

El policía sonrío asintiendo.
-sabia lo que había que hacerse hace tiempo, la verdad no siento la pierna por la fiebre, por eso le había pedido a James una sierra o algo asi pero al parecer no la trajeron, supongo que estuvieron muy ocupados-
medito dado un suspiro.
-la situación es difícil doctor, los civiles que estamos aquí no tenemos autorización para salir, la única razón por la que Rita y James salieran por las medicinas fue por un permiso extraordinario que le dieron a Anna, pero con lo que paso dudo que vuelva a permitirlo, menos por un cincuentón como yo, hace algunas horas sacaron a unas 20 personas a la intemperie....sentimos algunos balazos eran moribundos, me alegra que los niños estuvieran durmiendo...-
comentó.
-Seré franco con usted, creo que la situación estallará en cualquier momento-

FDI: Hey, voy a probar un color para darle vida a la cosa...


-la situación es difícil doctor, los civiles que estamos aquí no tenemos autorización para salir, la única razón por la que Rita y James salieran por las medicinas fue por un permiso extraordinario que le dieron a Anna, pero con lo que paso dudo que vuelva a permitirlo, menos por un cincuentón como yo, hace algunas horas sacaron a unas 20 personas a la intemperie....sentimos algunos balazos eran moribundos, me alegra que los niños estuvieran durmiendo...

El médico miró con incredulidad al policía, y entonces cayó en la cuenta. Suspiró a su vez y se llevó la mano a la frente, como si aquella situación le cansase mentalmente.

-¿Eztamoz bajo la ley marcial? -hizo un gesto poco reconocible, pero sin duda poco halagüeño- Genial... ez igual, trataré de convenzerloz para que vayan, no ze encuentra demaziado lejoz de aquí y el riezgo ez mínimo. Aunque viendo cómo eztá la coza, me parece que a mí no me dejarán zalir. debería conformarme zi no me encadenan a la pared, me ponen un cuenco de frizkaz y me atiborran a cafeína para que atienda a loz zoldadoz 24 horaz al día -se quejó.

-Seré franco con usted, creo que la situación estallará en cualquier momento

-Magnífico... acabamoz de zalir de una catáztrofe y la reacción natural ez rematarnoz loz unoz a loz otroz. ¡¡Magnífico!! Ahora en zerio... hay que hacer algo con eza pierna. YA. Propondré una expedición o algo, a la parafarmacia y a... ejem... la ferretería. ¡Ey, no me mire azí! -dijo, aunque sabía que no le estaba mirando de ninguna forma, estaba todo en su cabeza- En eztaz condicionez, cazi zerá lo mejor que pueda hacer. Por zi ze prezentara la ocazión, ya zabe...

Se sentía incapaz de continuar. Ahí acababa la brillante carrera del doctor Kaufmann. Suministrando "salta-parapetos" a los nuevos desheredados para arrancarles partes del cuerpo. Bravo, doc. La humanidad espera grandes cosas del Serrucho.

El policía miro al doctor con algo de incredulidad.
-a lo que me refería doctor, es que los militares no tienen intención de salvar a los enfermos, pero quien sabe...nada se pierde con preguntar, pero ahora que Anna no esta, bueno ni siquiera debes saber quien es ella...-
exclamó al final, contagiado un poco por el optimismo del médico.
-algo extraño sucede, sin tan solo tuviera mi pierna sana lo averguaria-
comentó luego.

El doctor notó el gesto extraño en la cara del policía y exhaló un suspiro hondo, hundiendo un tanto los hombros.

-Lo ziento, ez culpa mía; creo que eztoy un tanto zuzceptible. Creo que no acabo de encajar lo de que ze me cayera un edificio encima y lo de que no podamoz ver el zol. ó ze cuánto va a tardar la gente en ponerze hiztérica... ¿Anna? Me parece que no; no me zuena.

Después de aquello negó con la cabeza, firmemente, ante la siguiente frase del policía, aunque sonriendo. Desde luego, aquel rtipo parecía sacado de una película o algo así.

-Ya puede jurar que paza algo inuzual.. pero de moverze, nada. No al menoz hazta que yo le haga un apaño a ezto. Y cuanto antez... zi llego a aparecer una zemana más tarde, y eza gente no hubiera cortado ezto de raíz, habría perdido la pierna entera. Azí que voy a mover el culo para que pueda conzervar la rodilla, y el rezto zerá cueztión de acoztumbrarze. Y tampoco demaziado, hágame cazo -torció el gesto, un tanto extrañado por la situación- Laz zezionez de recuperación en cazoz como eztoz tardan nada, zi ze tiene una próteziz adecuada. y ez lo que me propongo hacer...

Esta vez parecía un tanto más decidido, aunque más se intuía que pretendía darse ánimos a sí mismo, cuando se dirigió hacia los militares. Al fin y al cabo, tampoco se le podía culpar, ¿no? Era un hombre normal, no un héroe, y aquella gente llevaba armas, estaban entrenados y disponían de autoridad bajo el amparo de un estado de emergencia. Pero había que sobreponerse y tratar de intentarlo, por lo menos.

-Y, eh, dígame... ¿con quién tendría que hablar para conseguir un permiso de salida?

Si el policía trataba de hablar, lo detendría con un gesto.

Kenny Kaufmann escribió:

El doctor notó el gesto extraño en la cara del policía y exhaló un suspiro hondo, hundiendo un tanto los hombros.

-Lo ziento, ez culpa mía; creo que eztoy un tanto zuzceptible. Creo que no acabo de encajar lo de que ze me cayera un edificio encima y lo de que no podamoz ver el zol. ó ze cuánto va a tardar la gente en ponerze hiztérica... ¿Anna? Me parece que no; no me zuena.

Después de aquello negó con la cabeza, firmemente, ante la siguiente frase del policía, aunque sonriendo. Desde luego, aquel rtipo parecía sacado de una película o algo así.

El policía miro al doctor sorprendido.
-¿eso quiere decir que usted todavía estaba en el hospital?-
exclamo dejando pasar unos momentos.
-Pues Dios lo quiere mucho doctor-
bromeo.
-Ana, bueno ella fue la que comenzó a gestar todo esto de las brigadas ciudadanas y fue la que convenció al general...pero ahora ella fue recluida-

Kenny Kaufmann escribió:

-Ya puede jurar que paza algo inuzual.. pero de moverze, nada. No al menoz hazta que yo le haga un apaño a ezto. Y cuanto antez... zi llego a aparecer una zemana más tarde, y eza gente no hubiera cortado ezto de raíz, habría perdido la pierna entera. Azí que voy a mover el culo para que pueda conzervar la rodilla, y el rezto zerá cueztión de acoztumbrarze. Y tampoco demaziado, hágame cazo -torció el gesto, un tanto extrañado por la situación- Laz zezionez de recuperación en cazoz como eztoz tardan nada, zi ze tiene una próteziz adecuada. y ez lo que me propongo hacer...

El policía vio sorprendido como el doctor se dirigía hacia uno de los militares a preguntar, intento detenerlo pero el doctor lo detuvo con un gesto.

Kenny Kaufmann escribió:

-Y, eh, dígame... ¿con quién tendría que hablar para conseguir un permiso de salida?

El militar miro a Kenny a traves de la gruesa mascara que llevaba.
-Quien es usted?-
pregunto de forma tanto tosca.

-¿eso quiere decir que usted todavía estaba en el hospital? Pues Dios lo quiere mucho doctor...

El doctor se encogió de hombros, y sonrió a su vez, aunque de manera un tanto nerviosa:

-Zupongo... zupongo que he tenido zuerte. Y, zorprendentemente, no fui el único que zalió vivo de allí. Conzeguí rezcatar a eza chica... Eva, la eztudiante de enfermería. Como laz cozaz zigan por el rumbo que zeguro van a tomar, ze va a encontrar con laz prácticaz máz duraz de zu vida... -suspiró.

Lo siguiente demostró que todo el mundo podía ser héroe alguna vez en su vida, y sobreponerse a su propia inferioridad. O que se podía ser un idiota y ganarse a pulso una buena manta de hostias. Que uno había sido estudiante en su época y sabía lo que se cocía con los militares, hombre. Un tío con máscara... qué post-desastre, desde luego. Y qué mala impresión que daba. Con la gente allí hacinada, ¿temían por algún brote de algo? ¿o es sólo que resultaba más intimidante? Por lo menos, en su caso lo intimidaba bastante...

-Zoy Kenny Kaufmann, civil, médico. Llegué hará coza de unaz cuatro o cinco horaz, junto con eza chica, Eva. Tengo aquí un hombre que va a perder una pierna -señaló- y quiziera realizar una ecz-pedición, o comoquiera que lo conzideren, a la parafarmacia, para conzeguir diferentez herramientaz y algún tipo de próteziz. Por favor... -dijo, como si aquello pudiese suponer realmente una diferencia

El hombre observo fríamente al policía, para luego regresar a Kenny.
-Tengo ordenes del Teniente de no permitir salir a mas brigadas, la confianza fue violada al momento que la segunda brigada no llego al toque, y cuando Anna ataco al militar rango B-dijo serio.
-Es mejor que no intente nada doctorcito-
dijo apático.

Entonces sientes como que algo de jala de la ropa desde abajo, al mirar notas que es la pequeña muda, quien te sonrie.

Kenny se sorprendió ante las aseveraciones del militar, pero tampoco era un tema que le apeteciera demasiado tocar ahora, habiendo cosas más importantes, como la incipiente gangrena del policía con el que acababa de tratar. A ver si razonando con él podía hacer algo...

-¡Por Dioz! Uztedez zon militaez; tienen armaz, entrenamiento, organización. ¿Qué riezgo pueden correr por que alguno de nozotroz zalga de aquí?

¿Doctorcito? ¿Cómo que "doctorcito"? ¡Será hijoputa! ¡Me cago en los poderes fácticos y en todo lo que se menea! ¿Que me dejes salir, so gilipollas! ¡Que a este hombre se le va a pudrir el cuerpo si no hacemos algo!

Vale, se dijo el médico mientras limpiaba las gafas con la camiseta, tranquilo. Diciendo cosas como esas no vas a conseguir nada más que una rinoplastia vía culatazo.

-O zea que ez el teniente el que da laz órdeez. ¿Cómo podría hablar con él? -un tirón a la pernera del pantalón indidó que había testigos- Ey... ¿qué hacez aquí? No deberíaz ir zazcandileando por el lugar, ¿zabez? Ten cuidado...

El doctor no sabía que era muda. No la conocía, no la había tratado en lo que ya podía considerarse su "otra vida". La había visto un momento y ella no había dicho nada. No podía deducir, simplemente, que era muda. Pero ya lo descubriría.

El militar se perturbo algo con la respuesta, en especial al ver llegar la niña, bajo el rostro unos minutos.
-Hablaré con el teniente para ver si accede conversar con usted...pero extraoficialmente le diré, no queremos que los civiles salgan del refugio por su propia protección-explicó.
-De todas formas tendría que ser mañana, afuera hay una tormenta muy violenta, incluso los patrulleros han debido regresar-sostuvo.

La niña (de unos 5 años), continuo tirando del delantal del doctor. Mientras con sus manos apuntaba algo, seguramente una niñería.

La joven apareció de inmediato, al tomar la niña, esta pareció algo enfadada, era como que quería decirle algo doctor. Finalmente Rita pudo mas.

-Vale, graciaz por zu ayuda -dijo el doctor- Mañana veremoz, entoncez...

Se despidió del soldado y, tras saludar y despedirse de Sean, el policía, se dirigió a ver dónde le llevaba la niña. Esta parecía un tanto disgustada, algo que por alguna razón no le sentó demasiado bien al doctor.

-Ey, lo ziento; tenía que hablar con él, era importante... -de repente pareció darse cuenta de lo que estaba haciendo y puso una cara bastante extraña, como quien se queda momentáneamente bloqueado- Anda que... bueno, ¿qué queríaz decirme, pequeña...? -dijo, dejándolo al aire para que ella se presentara.

La pequeña, hizo un circulo juntando su dedo indice y pulgar, miro a través de él y luego apunto el baño de dañas, finalmente sopló a través de él con una sonrisa.
Como si intentara contarle algo al doctor, bostezo cansada comenzando a cerrar los ojos, ya era bastante tarde.