[Museo Metropolitano] Divirtiendo al Rey y al pueblo [restringido]

(el sacerdote espero a que todo estuviera en orden, para indicar a james que atacara al otro guardia y lo inmortalizara de mentiras para salir huyendo con aelin por el escenario.

Spoiler:

James meneaba las caderas exageradamente mientras guiñaba los ojos a diestra y siniestra y lanzaba sonrisitas en falsete.

-Muy guapos, muy guapos -dsijo asintiendo en falsete- y los musculos y los grandes brazos y los grandes--- una sonrisita más y un fingido rubor.

Tras la seña de el cura se lanzop sobre uno de los guardias fingiendo un tropezon y usando su peso lo hizo caer mientras le susurraba.

Spoiler:

ribas espero a que los dos hombres estuvieran en el suelo y dijo.

aelin, te venos a salvar, correeeee


luego de eso se ponen a correr en círculos por las jaulas, esperando a que el resto de los guardias llegare a hacerles frente

James salta sobre el guardia y ambos caen al suelo, en medio de las carcajadas del público.
-ATAQUEN, ATAQUEN, CAPTURENLOS-cantó Eva a tiempo que seis guardias aparecen intentando apresar al sacerdote y a James, quienes se encontraban vestidos como mujer.

asi, la pelea comenzó, el sacerdote escapaba vestido de mujer haciendo piruetas de nin ja, tratando de asestarle golpes a los soldados. se acerco a uno y rápidamente le dijo:

Spoiler:

después de unos saltos y brincos, agarro a james y a aelin, como para seguir corriendo y espero a que les arrojaran el agua para caer al suelo haciendo siempre show de muerte.

- aaaaaa emos perdido!!! cuanto me arrepiento de haber ofendido al gran rey ooo piedaddd, ooo destino!!!! cuanto lo siento!!!!

-Mátenlos, matenlos, matenlos-canto Eva entrando al escenario.
Los guardias rodearon a los actores, cada uno con un balde de agua esperando el momento justo para arrojarlos contra ellos, entonces la enfermera dio la señal y el agua voló por el aire mojando completamente al sacerdote, James, Ayleen y el militar.
Era el ultimo acto, ahora debían fingir su propia muerte y la pesadilla acabaría.

una ves mojado el sacerdote, callo en su simulación de muerte, esperando que todos lo hicieran para terminar con la obra.

El escritor actuo como si el agua fuese acido y se derritio de a poco terminando en el suelo con un par de convulsiones en las que no olvido hacer que su toga subiera un poco y dsejara a la vista sus piernas de una forma algo ridicula.

Aileen hizo lo propio, actuando como si les hubieran puesto encima aquella porquería negra que había visto ya demasiadas veces, se dejó caer, como si un montón de brea la asfiaxe y ella se retorciera para intentar respirr. Ya tenía unos buenos ejemplos en los que basarse, gritaba que no tenía aire, que aquello era pegajoso... y gritaba a secas. Cayendo, al fin, al suelo, en la postura más reotrcida que pudo encontrar.