[Camino al refugio] Aileen y Scott

Scott había partido cuando noto que Aileen venia tras él. Decidió bajar un poco su paso para esperarla.

-Estoy bien chica, no molestes.- Dijo respecto a la preocupación de la chica por su aspecto.

El joven frunció el ceño al recordar a esa "cosa" y sus palabras.

-No lo se, parecía un hombre, pero era otra cosa. Diría que era algún tipo de engendro tecnológico creado por la Unión.

Aunque Scott parecía extrañamente tranquilo, al menos no tenia un aspecto tan malo, físicamente, las heridas del día anterior parecían estar curando bien. Aun así, por lo sucia que estaba su ropa, parecía haber visto mucha acción dentro del laboratorio.

-¿Sí?- Parecía fascinada por lo que podría haber visto.- ¿Y qué te dijo? Parecía que se tomó su tiempo en hablar contigo, aunque quizás todos los aparatos de la Unión lo hagan, la verdad es que nunca había visto un ordenador hasta hace poco…- Confesó con una inocente sonrisa.

Seguía mostrando cara preocupada, pero al ver que el hombre se movía bien, parecía más tranquila. Y tenía tantas cosas que preguntarle sobre aquel extraño lugar...

Scott recordó lo que había vivido. No daba crédito a nada de lo que estaba pasando.

-Me hablo alguna estupidez de tipo religioso, cuando yo trataba de romperle la cara a patadas.- Dijo con una sonrisa afable. En ese momento la situación la recordaba hasta cómicamente.

Siguió caminando con paso firme y acelerado. Aun estaban muy cerca de esa cosa.

-De todos modos, prefiero hablar de eso cuando estemos con los otros, seguro también preguntaran y no quiero repetir muchas veces lo mismo.

Giro su vista a Aileen.

-¿Y como te fue a ti chica?- Y antes de terminar, agrego. -Deja de mirarme con esa cara de preocupación, me pones incomodo.- Frunció el ceño. Odiaba que la gente sintiese lastima o preocupación por él.

-Vale, entonces esperaré a preocuparme cuando estemos con los otros.- Bromeó.- A mi bien… No me he vuelto a llevar ningún golpe, y logramos coger algunas cosas interesantes de la casa la que fuimos: una caja de herramientas, el contestador con el mensaje… ¡y un generador pequeño! Creo que podrían sernos todas cosas muy útiles si nos vamos de viaje de aquí de una vez.- Sonreía, estaba contenta de poder salir de allí ya, además ahora estaban todos juntos.

- Aunque…- Se dio cuenta de que le faltaba algo y bajó un poco la mirada.- No he podido encontrar cigarros ni alcohol…

Scott mostró una extraña mirada, que dio a entender que sonreía internamente, pese a que permanecia serio.

-No te preocupes chica. Ya encontrare en algún otro lado una buena cerveza y un cigarro. Tengo toda una vida para saquear esta ciudad, al menos hasta que me encuentre con esa cosa.- El tono termino siendo sombrío. Había estado cerca de morir aquel día.

No consideraba que aquellas cosas que encontraron fuesen cosas importantes, pero prefirió no desanimar a la chica. Lo único importante en aquel mundo, para él, era la comida.

-¿Siguen con aquella idea de irse de acá? ¿Donde piensan ir?- Era claro que Scott no se incluía entre los demás supervivientes.

-La verdad es que sí. Los dos niños no están a salvo en la ciudad más, y me temo que tendremos que marcharnos para asegurarnos de que no les pase nada... Además aquí ya no queda nada que hacer, quizá en otras ciudades la cosa no haya sido tan grave. Podemos ir cogiendo buses abandonados o así, y final quizá llegemos a algún refugio que fuera poco dañado... o a algún lugar seguro.- Se notaba que el plan era a muy largo plazo, pero la esperanza de encontrar algo mejor la animaba.

- ¿Ves? Por eso quería haber conseguido cigarros... Así te podría haber pedido que vinieras con nosotros.- Sonó apenada.

Frunció el ceño. Era un gesto común en él.

-¿Los niños?- Susurro, no entendía aquello, pero no pregunto más. Prefería no saber.

Seguían caminando internandose en las oscuras calles de la ciudad. Scott saco una linterna, no se sentía muy cómodo delatando su presencia, pero al menos les daría más visibilidad y velocidad.

-Parece un buen plan, seguro les ira bien, si se mantienen tan unidos como hasta ahora.- Dijo, y parecía sincero.

El rostro de Aileen removió algún lejano recuerdo dentro del ex policía.

-No pongas esa cara chica, tampoco me necesitan. Seguro estarán mejor sin mi, te lo aseguro.

Frunció el ceño nuevamente.

-El viejo Sean por ayudarme esta muerto ahora, el Doc desapareció por mi culpa y ahora Eva esta maleherida por tratar de salvarme. Si aun queda alguna esperanza en este maldito mundo, esta lejos de mi muchacha.- El tono era rudo, aunque el consejo parecia sincero. Demasiado sincero.

- Pero Scott… No debes dejarte llevar por lo que ha pasado hasta ahora… Yo por eso creo que es mucho mejor siempre ir en grupos grandes, ya sabes lo de “dividámonos, así cubriremos más terreno”, creo que acaba casi siempre en desgracia.- Sonreía, pese a que el tema no era alegre, no había razón para hacerlo peor.

Se pegó más para poder usar mejor el foco de luz, aunque ya había caminado por calles oscuras muchas veces.- Quizá podrías acompañarnos hasta la primera parada que hagamos, después de todo, te aseguro que en esta ciudad poco va a quedar que saquear… Yo ya he estado en muchas casas.- Sonrió alegremente, era verdad que ya había pasado por varias de ellas y aunque suponía que aquello no habría que Scott dijera que sí, igual le arrancaba una sonrisa.- Además, cuando los militares obtengan lo que buscan… a saber si dejan este lugar en pie…

Scott permanecio serio y en silencio mientras Aileen hablaba. La escuchaba, y parecía analizar sus palabras mentalmente. A diferencia de ella, no sonreía. En otra época tal vez le habría dado razón a la joven.

-¿Que buscas niña?- Pregunto Scott, como si buscase el fondo de todo lo que Aileen hablaba. Como si buscara el sentido de la esperanza de aquella chica. -¿Que pretendes encontrar en un mundo así?

- Busco empezar de nuevo, en algún lugar donde las cosas no estén tan mal. Dónde los militares no quieran matarnos por creernos contaminados. Quizá haya una ciudad menos afectada... O puede que alguna parte entera del mundo se haya salvado.- Se encogió de hombros pero sin perder aquella alegría.

- Y mientras espero a encontrar eso, busco buena compañía para pasar los malos ratos.- Respondió mirándole con su sonrisa inocente, dando a entender que a él lo consideraba dentro de aquel grupo de buenas personas.

Scott penso en voz alta, mirando a Aileen.

-El instinto de supervivencia es extraño. Puede que lo unico que desees en este mundo es la muerte, y sin embargo sigues adelante, sigues corriendo del peligro, sigues alimentandote. Es un instinto tan poderoso que puede ir contra tu propia naturaleza.- Quizas ahora comenzaria a comprenderlo mejor.

Quizas la chica notaria que pese al rudo exterior, aquel tipo era muy debil interiormente.

-Por ello no puedo estar con ustedes. No me importa que los militares busquen matarme, no creo que haya otra ciudad menos afectada. Nada puede enfrentarse a la Unión, y ahora es ella quien nos considera enfermos eliminables. Y ademas esta esa cosa negra.- En la visión del ex policia no habia espacio para la esperanza.

Sonrio de forma desafiante. Luego fruncio el ceño y acelero un poco el paso.

-Hay cosas que ya no pueden volverse atras. Mi vida acabo en el momento del impacto, lo que sigue ahora es mera supervivencia.

La nieve cayendo delicadamente y los arboles que bordeaban el camino, mostraban un paisaje de quietud y tranquilidad.
Habían logrado avanzar un tramo largo entre charla y charla, quedando frente a la entrada de la ciudad de Chiapre, pocas cuadras mas adelante se encontraría del cementerio, y desde allí ambos recordaban como llegar a la iglesia.

Spoiler:

- Pero no creo que lo único que desees es la muerte, Scott. Si fuera así, no te precuparías por lo que nos pasase a nosotros.- Le sonrió nuevamente, quedaba cada vez menos para llegat, y pese a las penurias pasadas y a los horrores vistos, a ella seguía habiendo cosas que le alegraban un poco cada día: una decepción, una alegría... El orden natural de las cosas no se había alterado tanto para Aileen, siempre había sido una marginada de su sociedad, siempre había tenido que vivir en la calle, y siempre había conocido gente que iba y venía, en realidad, objetivamente, ahora tenía más amigos que antes, y aunque eso no suplía la pérdida de Samuel, era algo por lo que valía la pena vivir.

- Creo que deberías venir pese a todo... le caiste bien a Carpet, y te aseguro que si se levantó para olerte, fue por que le gustas, no suele moverse mucho. Y siempre estás a tiempo de abandonarte a la depresión en una ciudad nueva...- Dijo con aire animado, no parecía que se rindiera fácilmente... Desde que había logrado conquistar su lucha personal contra el generador nada podía superar a aquello.

Scott frunció el ceño, en un destello de ira. Era sin embargo, solo superficial.

-Hay cosas que aun no comprendes, pero no te culpo, eres solo una niña. Y ni creas que me importan ustedes. Me importan un comino, todos, por mi que se vayan y no vuelvan.- Hizo una pausa, mientras rabiaba, Aileen seguro notaría que esas palabras no eran sinceras, que en el fondo igual había buscado ayudarlos. -Incluido ese perro pulgoso.- Enfatizo.

Scott sonrió ligeramente luego de la rabieta. Parecía extrañamente de buen humor, no era el mismo desde lo ocurrido en el laboratorio. O quizás fuese por la chica.

-Yo creo que solo quieres que vaya con uds porque te gusto niña y no quieres alejarte de mi. Aunque tampoco te culpo, entre tanto tipo con cara de marrano y sin cojones, soy tu mejor opción.- Dijo en tono de broma, aunque volvió a fruncir el ceño.

El cementerio ya era visible, faltaba poco para la iglesia.

Aileen rió abiertamente.- Creo que mi mejor opción por el momento sigue siendo Carpet.- Bromeó.- Aunque gracias por la invitación, Scott.- Le guiñó un ojo siguiendo con el tono alegre, para ella que el serio Scott hubiera sonreido ya era mucho más de lo que habría esperado antes, pero las cosas no eran las mismas para todos desde hacia un mes... Y cada día que pasaba, era como nacer de nuevo, otra oportunidad, otra vida... un día más que aprovechar.

Mejor pasarlos felizmente y poder reir sin mayores preocupaciones.

El cementerio estaba a solo unos pasos, y una vocecilla en su estómago comenzó a protestar pensando en que la cena, fuera lo que fuese, sería un manjar.

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Scott detuvo en seco a Aileen tomándola de los hombros, antes de que se aproximaran más al refugio. Le hizo una seña para que no se asustase mientras la miraba a los ojos, luego quito sus manos de los hombros de la chica.

El joven abrió su mochila y saco un tarro de conserva, con piña. Parecía estar abierta, aunque en buenas condiciones. Tomo las manos de la chica y le dejo el tarro entre ellas.

-Come algo. Si hay algo que me molesta es el sonido de las tripas de una chica.- Dijo Scott, mientras siguió caminando hacia el refugio dandole la espalda a la chica, sin esperarla.

En el resto del camino no dijo nada. Solo entro en silencio a la iglesia.

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-Gracias...- Susurró asombrada mientras sostenía el tarro de piña por unos instantes decidiendo qué hacer. Tenía hambre, mucha, pero le parecía injusto comer ahora cuando iban a llegar al refugio y seguramente Anna hubiera preparado una cena rica.

Abrió el abrigo y dejó allí el tarro, cuando estuvieran en un apuro de verdad, uno lejos del refugio, echaría mano del tarro. Luego echó a andar al trote tras Scott, seguro que en el futuro alguien necesitaria esa piña más que ella ahora, y entonces se acordaría de nuevo del bueno de Scott y de lo que había hecho por ellos. Aunque lo que realmente quería era que los acompañase.