Otra noche más en la carretera... (Bard)

Y ahi estaba el viejo Jack, al pie de una fogata como hacia tantas noches, y tantas vidas que solo en sus canciones se retrataban. Vagabundo y charlatan, hombre o espiritu de la naturaleza, talento callejero o leyenda de los caminos; eran calificativos que Bard habia recibido en sus viajes, y que poco parecian importarle. El era simplemente Jack Bard, y ni todo el ruido de la humanidad, ni los infectados, nisiquiera el Impacto habian cambiado aquello.

Habia encontrado una casa abandonada, y suficiente madera seca para una buena fogata. Con luz y calor como inseparables compañeros de tantos viajes, podia dar paso a lo que realmente importaba, la Canción.

Saco de entre sus ropas la planta que serviria de inspiración. Segun el hombre que habia conocido hace un par de dias, aquel brote, muy similar a la mora, era altamente venenoso. Rada se le conocia entre los habitantes del lugar a aquel fruto.

Un tono con su guitarra, anticipo las primeras lineas de la nueva canción mientras observaba el fruto.

Cuidado con la Rada malvada
que por mora pasa
pero es más rosada
con ella nunca hagas ensalada...

Canto el viejo Jack con su voz hermosa y sencilla como la propia naturaleza de la cual se alimentaba. Era el comienzo de la tonada, y eso lo ponia feliz.

Un ruido extraño escucho de pronto en el exterior de la cabaña, como algo que se caía de golpe, como estaba entre las montañas y bosques lejos de la civilización aquello le llamo la atención, o parte del cerro se venia abajo, o un animal tal vez.

Jack improviso una antorcha con un madero viejo de la fogata. Entonces sigiloso y lleno de curiosidad, sin perder aun la sonrisa, se acerco a ver de que se trataba, asomandose por una de las ventanas rotas.

Al parecer parte del cerro cercano a la montaña se había derrumbado, dejando un pequeño desastre de tierra, barro, arboles y rocas.
Entonces cuando Bard estaba volver a sus notas, un quejido, casi un ruido imperceptible llamó su atención, alguien estaba atrapado en la alud de lodo.

Jack se acerco a ver de que se trataba. No solia intervenir mucho en el mundo, pues seria eludir su función principal, la cual era otra, incomprensible quizas para el resto de la humanidad. Sin embargo, tampoco era tan cruel como para no ayudar cuando podia, siempre que aquello no representarse un gran esfuerzo, o una distracción.

-Cuidado al caminar en la tierra del borde, porque ahi siempre abunda el derrumbe.- Recito Jack, con cordialidad y gracia, mientras trataba de encontrar al infortunado ayudandose por su antorcha.

Lo primero que encontró fue un casco militar abollado en el suelo, algunos pasos mas a la izquierda y entre la rumba de escombros sobresalía cabello rubio, apenas era visible el rostro de la mujer lastimada.

El musico comenzo a escarvar la tierra e intento sacar con cuidado a la mujer del derrumbe, para llevarla al refugio que habia improvisado.

La mujer tenia un gran golpe en la cabeza del cual brotaba sangre, estaba inconsciente y helada como piedra, era muy fácil que muriera allí entre los brazos del canta autor, necesitaba ayuda inmediata.
Llevaba sobre sí un grueso uniforme militar mojado, el cual ciertamente le había ayudado a no morir del golpe.
En su cuello una cadena plateada señalaba su nombre y cargo, era una cabo, llamada Anna Ivanov.

Jack busco en la casa abandonada algo que le fuera de utilidad para atender a la herida, pues él solo viajaba con lo que necesitaba, y no solia ser herido. Habia dejado a la infortunada mujer recostada junto a la fogata para que secara algo su cuerpo.

Registro rapidamente la casa buscando algo con que improvisar vendas y ropa seca con la cual cubrirla. Eso o cualquier otra cosa que le fuese util.

Entre cosas que estaban en la casa Bard encontró varias botellas de licor y agua ardiente, también había ropas masculinas, algunas camisas y abrigos.
De las viejas cortinas podía sacarse suficiente tela como para las vendas.

Bard hablaba solo mientras recogia las cosas. Algo loco o no, era un ejercicio que lo mantenia entretenido en sus solitarias noches.

-¿Y quien dijo que el alcohol era malo? Todo es cosa de puntos de vista, si, siempre lo digo.- Tomo la botella de aguardiente, una muda de ropa de mujer y las cortinas viejas.

Jack se apresuro a curar la herida de la frente de la mujer, que parecia la más grave.

-Herida limpia, herida que sana. Y si quieres botar a los bichos y a los hombres de sus sillas, que mejor que aguardiente.- Limpio la herida con una cortina, luego aplico aguardiente para desinfectar, y luego finalizo cubriendo la herida con una improvisada venda para ejercer presión y detener la hemorragia.

Ya atendido lo primero, el musico comenzo a desnudar a la infortunada mujer, para cambiarla a ropa más seca.

-Espero no se tome a mal que la desnude apenas haberla conocido, pero esta ropa mojada solo le traera un mal resfriado, o peor una hipotermia. Como consuelo ya se ha presentado ud al menos, lady Ivanov.- Dijo Bard observando la identificación a tiempo que vestia a la mujer con ropa seca, de campesina. Cualquiera diria que habia vestido a aquella soldado con ropa de abuela.

Bard habia hablado solo todo el rato, tarareando canciones mientras ponia a secar la ropa militar de la mujer. Ya recostada y bien abrigada a un lado de la fogata, Jack se sento en el lado opuesto para vigilar su sueño, mientras hechaba algunos maderos para avivar el fuego.

-El viajero hizo todo lo que pudo, joven dama. El resto depende de ud.

El trovador volvia a tomar su guitarra, todo volvia a ser como antes.

Pasaron alrededor de 5 horas y la mujer aún no recobraba la conciencia, afuera había anochecido y llovia.
Adentro en cambio todo estaba tibio gracias a que Bard mantuvo el fuego de la chimenea.

la militar se veía mejor de salud, no parecia un cadaver tendido sobre la cama, sino como alguien que dormia plácidamente, su rostro ya tenia color y la herida de su frente parecía haber quedado enmendada, cada cierto tiempo movía la boca como si hablara, arrugando el ceño para luego seguir en su tranquilo sueño.

Jack canto una canción con la guitarra, para vencer por un momento el sueño que comenzaba a envolverlo. Tambien buscaba animar el subconciente de la mujer que parecia irse recuperando satisfactoriamente. Era una tranquila canción acompañada suavemente por su guitarra que marcaba notas claras.

Spoiler:

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Animar:

Sociabilidad+Musica+Cantar = 7

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Anna abrió los ojos. En un segundo pudo darse cuenta de que no estaba con los suyos, por lo que la unica opción que le quedaba era que estaba con alguien hostil. Recordó en ese mismo segundo lo que paso en aquel monticulo, las imagenes, la perdida del conocimiento, en ese momento también se dió cuenta que no estaba con su uniforme sino que vestía un extraño atuendo. Demasiada información en tan poco tiempo. Solo había una forma de liberarse. Anna se irguió rápidamnte con un solo objetivo, golpear al tipo con el que se encontraba y preguntar después.

El tipo que estaba al frente la observaba mientras se ponia de pie. Parecia terminar de tocar una canción, y la guitarra que tenia en sus manos lo confirmaba.

-Hey dama no se mueva con tanta brusquedad, podria salirse la venda.

Dijo en tono tranquilo el extraño, no parecia amedrentado por la postura agresiva de la mujer.

Anna no vió la venda ni la guitarra ni escuchó las palabras de Jack, lo único que tenía en mente era conectar un certero golpe en el cráneo del hombre.

Jack solo trato de cubrirse la cabeza. Era un tipo delgado y pacifico, no dado para las peleas. No las necesitaba.

Golpe simple
Destreza+pelea+especialización

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