[Rumbo a Laucia]preludio[Ana Ivanov]

Anna se separó del grupo buscando alguna señal, sus pasos la llevaron a trepar hasta un lugar mas alto, el cielo aunque turbio y grisáceo, no parecía mostrar señas de tormenta ni de nada parecido, el aire frío calaba los huesos pero era imposible que hubiera mandado abajo un vehículo aéreo con tanta facilidad, entonces un extraño ruido comenzó a escucharse tibiamente en el oido de la militar, era como un chichirrido agudo, constante, como cuando el televisor se queda encendido y ha acabado la transmisión.
Aunque es bajo, es molesto, y destapa los oídos, entonces un frío resbala hasta su cuello, haciéndola sentir mareada, mira el horizonte y los ve, son dos grandes gigantes, enormes seres apenas visibles, como sombras negras caminan haciendo retumbar levemente la tierra.
Un dolor de cabeza y pronto Anna se ve cayendo, revolcándose por el despeñadero, pierde la conciencia.

La extraña sensación se hizo sentir de inmediato. Estaba frío, tan frío como las montañas nevadas. Después vino el ruido, y después la sensación de mareo que hicieron que se tomara la cabeza e intentara recuperar fuerzas para continuar, pero lo que vió después no lo había pensado, ni siquiera una mente militar como la suya. Aquellos gigantes, dos sombras inmensas en el horizonte. Por más que intentó no pudo recobrar fuerzas.

-Pero QUE...??!!

Fue lo único que alcanzó a decir antes de comenzar a rodar y perder la conciencia.

El dolor de cabeza permaneció en aquel extraño estado ausencia, era como esos minutos antes de despertar donde hay confusión y algo de miedo, la boca esta seca y pareciese que el cuerpo no puede sostenerse por si mismo.
Adelante hay luz, como focos reflectores que ciegan, el cielo, voces de niños en un parque de juegos, Anna esta allí con vestido viendolos a todos correr, tambien es una niña, corre, es perseguida luego persigue.
El cielo en lo alto es azul, azul limpio, las nubes bailan rápidamente como si el tiempo pasase en dos a tres pestañeos, sus vestido desaparece ahora lleva uniforme y su mira esta apuntando a Jacob Blake, este no podría ser un recuerdo, a penas te suena aquel nombre, no estas sola, estas junto a una cuadrilla de tres hombres, sus rostros son borrosos.
Sobre el muro los siete frentistas están de espalda a la muerte, Jacob en cambio esta apoyado frente al pelotón, sus ojos te miran profundamente atrevas de sus gruesos lentes, vas a disparar, pero antes de hacerlo oyes la risa de los niños, es el niño de chaleco azul, que te toma por la espalda.
-la traes-exclama alegre, era Jacob.

Anna esta confundida. No entiende aquella dimensión en la que se encuentra ahora, esta inconciente, lo siente, pero no lo sabe con certeza ¿Esta durmiendo? Tampoco lo sabe, pero lo que ve es un sueño sin duda ¿Esta despierta?.

Aquella escena de los niños le transporta hasta su infancia, lejos de las armas y los uniformes, a una época donde todavía podía escojer una vida normal. Corre libre y despreocupada, disfrutando aquel momento donde sus gafas y su expresión dura no existían. Pero el cielo comienza a cambiar vertiginosamente y se confundem hasta que vuelve a la realidad.

¿Esta soñando de nuevo?

Parecía real, lo había hecho varias veces ya, pero había algo extraño. Esta apuntando con su fusil pero sus ojos, sus lentes. Solo entonces siente a alguien que la jala hacia atrás, vuelve a mirar al niño.

-¿Quien eres?

Pregunta tratando de comparar las figuras de ambas ilusiones.

-FUEGO!!!-se oye de lejos, seguido de la ráfagas de disparos, los hombres caen uno a uno, el último es Jacob, una bala entre los ojos y no pestañeo, apretaba sus puños.
-BENDITO SEA DIOS Y SU PROFETA!!!-gritó antes de hundirse en la muerte.
El niño que te sostiene sonriente comienza a sangrar por la frente cayendo de rodillas, ambos están muertos.
Venir a reunirse después de tanto tiempo, ahora en un escenario completamente diferente, Anna siente que él también pudo reconocerla, como si por instantes ambos hubieran estado en aquel simple lugar.
Un palmazo en el hombro y la mujer salio del embrujo, era uno de los soldados que te observa con rostro perturbado.
-no te preocupes...unas gotas de Acid y lo olvidaremos-murmuró bajando la vista.

***

Anna comenzó a despertarse lentamente, no tenia frio, la cabeza dolía y tambien un poco el cuerpo.
Aún sin abrir los ojos pudo sentir el aire entrar y salir de su boca e incluso su corazón palpitar, estaba tendida sobre algo blando. Había recobrado la conciencia.

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