[Sótano de la iglesia]Verdades[Ayleen, Lucas y Lalo]

Ana guió al grupo entre los callejones hacia la iglesia de San Sibilio de Victoria, como todo en la ciudad estaba a medio caer.
la regordeta mujer entro entre los tablones y ladrillos, cruzando lo que antes era la capilla para dirigirse a una roñosa puerta, bajo por ella al sótano que parecía estar en buenas condición.
Abajo había un hombre que vestía como técnico, un mameluco grisáceo y una mascarilla de papel.
-¿quienes son ellos, Anna?-pregunto levantándose algo asustado.
-Ah...Raul, ellos son amigos descuida, los encontré mientras iba a buscar algo de comida-exclamó sonriendo.

¿Algun problema? digo mirando desafiante al sujeto, ya estaba agotado y seguia sin entender bien lo que habia pasado...definitivamente no andaba de humor para nada

La reacción de Lalo no pareció simpatizar al hombre quien miro a la mujer algo enfadado.
-No recuerdas el trato?, te salve la vida, no involucraríamos a nadie mas-reclamó a Anna.
-tranquilo, ellos son de confianza-respondió, mirando al grupo.
-tomen asiento, es una historia larga-dijo tornándose mas seria, miro la llama del brasero que calentaba el cuarto dando un suspiro.

-Ayer, luego que ustedes se fueron paso algo horrible, uno de los enfermos despertó y comenzó atacar salvajemente a quienes estaban a su alrededor, ni los propios militares podían detenerlo, fue espantoso. Una vez que fue acribillado ellos llamaron al Teniente y llegaron a la conclusión que lo mas sano era eliminar a todos los posibles portadores.
Intente evitarlo pero fui tomada detenida, fue entonces que conocí a Raul, él me ayudo a escapar-comentó.

Lucas escuchó la historia. La interrumpió para decir.

- ¿Y Lorena?

-Cuando todo esto sucedió se encontraba con Sean, el cuidaba de los niños...gracias a Dios dormían cuando todo esto ocurrió. Los militares tuvieron la gentileza de fusilar a los enfermos en el exterior del gimnasio-explicó.
-Luego, tras escapar me tope con un doctor, el traía a los niños con el y quedamos de reunirnos al termino del día, habían salido del refugio sin ser vistos, por el agujero recuerdan?, no se preocupe...su hija esta bien-dijo al preocupado Lucas.
Entonces aquel técnico interrumpió.
-No es tan solo eso...hay un asunto mas oscuro en todo esto, los militares no están aquí para salvar a los civiles, de hecho ustedes ni siquiera debieran estar vivos. Ellos están tras un proyecto secreto que fue escondido en la ciudad, el E.D.E.N, fue un encargo del nuevo lider de la Unión Edgar Petrov, se que es confuso, en especial para ustedes que no son funcionarios de la Unión como yo-exclamó, apretando las carpetas que llevaba en sus manos.

Lucas asintió indicando comprensión tanto a la chica como al hombre. Aquella chica parecía decir la verdad y confiaba en volver a ver a Lorena al final de la noche. Sino, mucha gente lo lamentaría. Le tendió decididamente la mano al técnico.

- Mi nombre es Lucas Goldberg. Continúe, por favor.

Aileen se arrebujó en su asiento. De pronto sentía más frío que el resto del tiempo, estaba convencida de que Unión ocultaba algo, pero todo aquello la sobrepasaba.

Carpet se puso a los pies de su amiga al notarla mal, parecía pensar que ella tenía frío.

- Los militares que nos trajeron a Lalo y a mi parecieron muy asustados cuando uno de ellos perdió su máscara delante de un enfermo que vimos. El pobre hombre era presa de un ataque de locura o algo así... fue terrible... Pero, ¿qué sucede realmente? ¿Hay un virus, una enfermedad extraña...? ¿Qué sucede?.- Miró a Anna y al hombre alternativamente, esperando una respuesta a aquello, antes o después de que terminasen aquella historia... si es que había más que saber.

El perro se giró hacia Lalo, ya reconocía su olor de antes, y parecía verlo algo distante, aunque se abstuvo de lafrar, como hacía muchas veces. Quizá hasta él pudiese sentir la gravedad de todo aquello.

El técnico respondió al estrechón de manos de Lucas para luego fijar su mirada en Ayleen.
-eso no lo se realmente, pero los militares hablan de una "contaminación", de alguna forma enloquece a las personas y se vuelven...no sabría como describirlo...mas que locos, malvados. En el refugio militar me habían encargado custodiar a algunos militares que presentaban síntomas, cuando empeoraban los llevaban al sótano.
El último que me toco vigilar se apellidaba Krustoff, él decía que la enfermedad ya estaba en todos, y las mascaras no evitarían nada-dijo sobándose las manos para calentarlas.

jajaja...como si el fin del mundo no fuera lo suficientemente malo por si solo Al parecer lalo tenia una tendencia a bromear con los asuntos serios, probablemente su forma de sobrellevar las cosas

La verdad es que me imagine que algo asi sucedia desde el episodio que relato Ayleen

Entonces, esa enfermedad segun la gente de la Unión se transmite por el aire o algo asi?...cuales son los sintomas?

Raul miro seriamente a Lalo.
-Sangramiento, alucinaciones, verborrea sin sentido, aparente debilidad, episodios de ira o de nervios, cosas de ese estilo, no se mas detalles, no soy doctor, me encargaba de...Anna!!-dijo el hombro al ver como la regordeta mujer caía de rodillas algo mareada.
Sonrío tomándose la cabeza.
-Disculpen, es solo fatiga...-exclamo, sentándose.
-estos síntomas podrían ser cualquier cosa, la gente muere de frío, hambre y sed, las alucinaciones, sangramiento y debilidad son consecuencias lógicas, hay mucho estress-dijo seria, tomándose la cabeza.

También ustedes se sienten cansados y hambrientos.

Spoiler:

Si, hay muchas cosas malas estos días en las calles, aunque no sé si los virus y las enfermedades serán las peores de ellas... ¿Y el EDEN? ¿Saben lo qué es eso? Si al nuevo líder de la Unión le interesa tanto igual es una cura o una cosa similar...- Preguntó preocupada por Anna, mientras Carpet, aún tendido en el suelo, se movía un poco para olfatearla.

¿Tienen un nuevo refugio? Anna parece muy cansada... yo tampoco estoy mucho mejor, la verdad. Ayer encontramos algunas provisiones, creo que podrían ayudar, aunque no es mucho.- Miró a sus compañeros de la expedición anterior, ella creía que lo menos que podrían hacer era compartir aquella comida con ellos, al fin y al cabo, les habían salvado de la Unión.

El técnico se rasco la cabeza pensativo.
-No creo que se trate de una cura, mas bien pienso que es algo distinto....pero no lo se en realidad. pero es lo que deduzco de las ordenes que dieron por radio-dijo jugando con sus manos.
-Hasta ahora nos hemos quedado acá, hay agua y este brasero, afuera es peligroso, no tan solo por la Unión, sino por los contaminados...-explicó la mujer.
-Eso me recuerda....debo ir a buscar a Ricardo-dijo colocándose de pie.

Yo voy contigo le digo incluso antes de que se pusiera de pìe, hay muchas cosas que aun no entendia bien y al parecer Anna estaba bastante informada de todo lo que sucede...podría salir algo util

La muchacha asintió a Raúl pensado que quizá podrían saber algo más en el futuro de todo aquello: quizá no fuera una cura, pero no perdía la esperanza.- Yo también iré, estás muy débil, no es que los demás tengamos mucho mejor aspecto, pero creo que la unión da la fuerza.- Comentó con una sonrisa amable y animada, aunque sus tripas no parecían estar tan alegres como ella.

Ana moviendo la cabeza sonriendo.
-es mejor que esperen aquí, él esta muy nervioso...ademas no esta lejos, esta en la calle de al frente en un almacén rompiendo maderos para el fuego-dijo tranquilizando al grupo, mientras comenzaba a caminar hacia las escaleras.
-Aprovechen de descansar, se ve que están cansados-replicó para desaparecer.

Raul observo la situación en silencio, se sujeto la cabeza estaba pálido.
-ella tiene razón...-se limitó a decir.

La muchacha no pareció muy convencida, pero se resignó a lo que Anna le decía tomando asiento de nuevo, esperando a que ella regresara.- ¿Cuántos están refugiados aquí?- Preguntó a Raúl.

Lucas interpretaba metódicamente toda la nueva información. Preguntó a Raúl.

- Raúl, ¿le importaría que le eche un vistazo a ese dossier?

-solo tres, un tal Ricardo, Anna y yo-contesto serio.
La pregunta de Lucas perturbo al técnico quien se mostro algo reacio o nervioso.
-estos...son documentos personales, nada que les interese-dijo mirando fijamente al grupo.
-Y ustedes, que hacían antes del impacto?-pregunto intentando cambiar el tema.

Lucas se irguió en toda su altura y dijo con tono conciliador (aunque su mirada seguía siendo la misma de siempre, fría y distante).

- Hablaremos más tarde. En privado. Vendía seguros.

ufff...con ese carisma no creo que le fuera muy bien Le digo en voz baja a Ayleen

Aunque la muchacha le había tomado un gran respeto al serio Lucas, no pudo evitar reír por lo bajo con la broma de Lalo: realmente su viejo amigo tenía razón, no debía tener mucha clientela, aunque quién sabe lo que su gesto era antes de todo el caos.

Cuando serenó la expresión, luego de imaginarse un Lucas más hablador y con una sonrisa, respondió a Raúl.- Yo no hacía nada diferente a ahora: me buscaba la vida como podía por las casa medio abandonadas, las fábricas o el río... Lo malo es que ahora hace más frío, y hasta a Carpet le cuesta encontrar comida.- Explicó alegremente.

A mi muchos me decian vago, pero prefiero el temrino viajero...me ganaba la vida como podia, vivia el dia a dia...a veces me iba bien, otras simplemente no tanto. Pero definitivamente era mejor que ahora Digo denotando un poco de nostalgia al final de mis palabras

Bueno...y cual es la idea ahora? no esconderemos aqui mientras podamos hasta que los imbeciles de la Union nos encuentren?...nada personal contigo Raul

Al menos tenemos algo de comida que podemos compartir con ustedes. Y con los niños, claro, cuando nos juntemos todos. Es buena cosa que haya un doctor cerca.- Trató de animar Aileen quien, realmente, no acababa de ver tanta diferencia con su vida pasada salvo por el hecho del frío.. y de que pronto habría menos comida.

Si tardan mucho en venir, Lalo, puedes contarnos algo de tus viajes, algún sitio que viste. Yo nunca salí de aquí.

El técnico lanzaba miradas punzantes a Lalo cada vez que este se refería de forma despectiva a la Unión, a tiempo que miraba también con algo de desconfianza a Lucas, quien parecía interesado en sus carpetas.
La única que parecía inofensiva era Ayleen, pero ella también parecía haber vivido al borde de la ley.
El hombre bajo la vista unos instantes para luego levantarla.
-el plan...no lo sé, en lo que a mi concierne me quedaré en Chiapre buscando mas información del E.D.E.N y lo que buscaba Mihail en la ciudad.
No sacamos nada con salir de la ciudad, si acá estamos mal en el resto de las provincias la escasees y el frío son peores, pero por otro lado...es peligroso quedarse tanto por los contagiados como por mis compañeros de armas, quienes ya estan desesperados, no...superados con la situación-divagó jugando con sus manos como pensativo.
Arriba sobre ellos, se oía la voz de Ana y de alguien mas comenzando a bajar por las escaleras.

Lucas se quedó un rato parado, pensando. Luego se acercó a Lalo y dijo en voz alta y clara para todos.

- Toma. Se hizo lo que pudo.

Le entregó el arma de juguete, pero de forma singular. Sacó el arma del bolsillo de una chaqueta y se la entregó solapadamente, guardándosela a Lalo en un bolsillo. El tiempo justo para que todos los vieran pero para que nadie se percatase de que era de juguete. Luego se giró y miró seriamente al técnico.

- Raúl, no somos una amenza. Tranquilícese.